Rube Goldberg:
El auténtico predecesor de toda la ristra de inventos disparatados que tanto han alegrado nuestras vidas es Rude Goldberg, un estadounidense nacido en San Francisco y dibujante pese a los deseos paternos de que estudiara para ingeniero. ¿Sería, de todos modos, esa querencia paterna lo que le orientó hacia la rama de la ingeniería especulativa? El caso fue que, ya en Nueva York y trabajando para el Evening Mail, pronto se especializó en el diseño de extrañas máquinas que provocaban la hilaridad de los lectores.
Como él mismo las definió, las invenciones de Goldberg mostraban caminos abstrusos para alcanzar resultados obvios. En sus propias palabras, sus diseños eran muestras de la capacidad humana “para desplegar el máximo esfuerzo para alcanzar mínimos resultados”.
Rube creía que había dos maneras de hacer las cosas: la sencilla y la difícil, y que un número sorprendente de gente prefería esta última.
En realidad, los dibujos de Goldberg mostraban su escepticismo hacia la tecnología, especialmente en su aspecto más mecánico, y quizá por este motivo sus mecanismos abundaban en intervenciones humanas, animales y vegetales. Docenas de resortes, levas, palancas, poleas, asas, varillas, ruedas y otros mecanismos eran puestos en movimiento con la ayuda de pelotas, jaulas de pájaros, zapatos, bañeras, raquetas e incluso animales vivos para conseguir objetivos tan complicados como pegar un sello, encender un fósforo o cerrar la puerta.
Por todo ello, en el lenguaje americano, Goldberg ha quedado asociado a la complicación gratuita e innecesaria, como su sucesor español, El Profesor Franz de Copenhageue (pese su nombre y nacionalidad) lo es entre nosotros para definir extraños inventos.
A lo largo de su vida, Goldberg fue miembro de la Nacional Cartoonist Society de USA y ganó el allí prestigioso Premio Pultizer, disfrutando de una popularidad incomparable en su país, dond eperdura su espíritu con la celebración anual de concursos para diseñar máquinas complicadas y “casi” inútiles. Y a lo largo de todo el mundo ha tenido infinidad de epígonos, que han perpetuado el amor por las máquinas complicadas.
Máquina de Goldberg:
Una máquina de Rube Goldberg es un aparato excesivamente sofisticado que realiza una tarea muy simple de una manera muy indirecta y elaborada. Primero apareció en el Webster's Third New International Dictionary, definida como: «llevar a cabo algo, de una manera redundante extremadamente compleja, que real o aparentemente podría ser hecho de una manera simple». La expresión se ha fechado como originada en los EE.UU. alrededor de 1930, para describir las ilustraciones de "absurdas máquinas conectadas" de Rube Goldberg. Desde entonces, el significado de la expresión se ha ampliado para denotar cualquier forma de sistema excesivamente confuso o complicado. Por ejemplo, en títulos de noticias recientes se incluyen: ¿Es el representante Bill Thomas, el Rube Goldberg de la reforma legislativa?, y El 'Seguro' de Retiro como una máquina de Rube Goldberg.
Un dispositivo o máquina de Rube Goldberg es cualquier aparato muy complejo que realiza una tarea muy simple de una manera muy indirecta y retorcida. Rube ideó y dibujó varios de estos patafísicos dispositivos. Los mejores ejemplos de sus máquinas tienen un factor de anticipación. El hecho de que algo tan absurdo esté sucediendo solamente puede ser superado por el hecho de que suceda de una manera incierta. Una máquina de Rube Goldberg tiene generalmente por lo menos diez pasos.
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